BRIDGEPORT.- Cuando la pandemia golpeó el año pasado, Andrew Leckie, que dirige media docena de restaurantes y una empresa de catering en Edmonds, Washington, se vio obligado a despedir a más de 200 empleados.
La demanda de sus ostras y cócteles artesanales se había agotado y sus negocios estaban en problemas hasta que un programa destinado a otorgar préstamos a las pequeñas empresas como la suya lo rescató.
“No creo que hubiéramos podido soportar los desafíos financieros que existían sin este dinero”, manifestó Leckie.
Aprovechando los préstamos otorgados por el Paycheck Protection Program (PPP) del gobierno federal, gradualmente pudo volver a contratar a aproximadamente tres cuartas partes de su fuerza laboral.
El Paycheck Protection Program (PPP), que se aprobó por primera vez a principios de la pandemia como parte de la Ley CARES, estaba destinado a proporcionar préstamos para ayudar a los propietarios de las pequeñas empresas como Leckie a mantener a los trabajadores en la nómina.
Las empresas no tendrían que devolver el dinero siempre que utilizaran la mayor parte de los fondos del préstamo para pagar al personal.
Pero a pesar de muchas historias de éxito como la de Leckie, hay poco consenso sobre cuántos cheques de pago realmente protegió a las pequeñas empresas, una pregunta que persiste, ya que el PPP se reducirá en las próximas semanas después de que agote todos sus fondos disponibles.
El programa, luego de varias extensiones aprobadas por el Congreso, garantizó más de 10 millones de préstamos a las pequeñas empresas durante la pandemia a un costo de más de 770 mil millones de dólares hasta el momento.
La Administración de Pequeñas Empresas (SBA) supervisó el programa y la demanda inicial fue abrumadora. Los primeros 350 mil millones de dólares que el Congreso reservó para los préstamos se obtuvo en menos de dos semanas.
Pero fue golpeado por controversias desde el principio. La gente se indignó cuando los equipos ricos y bien conectados como la cadena de hamburguesas Shake Shack y el equipo de baloncesto de Los Ángeles Lakers obtuvieron préstamos, mientras que otros se quedaron al margen.
Algunos grandes prestatarios se sintieron avergonzados de devolver el dinero.
El Departamento de Justicia también ha presentado más de 100 casos penales alegando fraude contra el programa.
En su esfuerzo por sacar dinero rápidamente, la Administración de Pequeñas Empresas aprobó más de 2 millones de préstamos que luego fueron marcados como potencialmente problemáticos.
Los economistas también han planteado preguntas sobre si los préstamos realmente mantuvieron a los trabajadores en el trabajo o simplemente subsidiaron negocios que de todos modos habrían estado abiertos.
“Realmente subestimamos la capacidad de muchas empresas de servicios no presenciales que pudieron haberse beneficiado de dichos fondos. Como resultado de eso, una gran cantidad de dinero se destinó a empresas que de hecho no estaban tan afectadas por la pandemia”, señaló el economista John Friedman de la Universidad de Brown.
Friedman y sus colegas estiman que en sus primeros cuatro meses, el programa de préstamos en realidad salvó solo alrededor de 1.5 millones de empleos, a un costo de aproximadamente 377 mil dólares cada uno.
Michael Faulkender, quien como subsecretario del Tesoro para la política económica en la administración del ex presidente Donald Trump, ayudó a diseñar el programa de préstamos, sostuvo que jugó un papel mucho más importante, ayudando a salvar más de 18 millones de empleos durante sus primeros meses.
Faulkender indicó que, sin el programa de préstamos, incluso más personas habrían sido arrojadas al sistema de desempleo, que ya estaba abrumado por millones de trabajadores despedidos que buscaban beneficios.
Una encuesta realizada el año pasado por la Reserva Federal encontró que el 82% de los pequeños empleadores solicitaron un préstamo PPP, y el 77% de los que solicitaron recibieron todo el dinero que pidieron. Casi la mitad de esas empresas aún así redujeron el número de trabajadores que empleaban.
Pero los despidos fueron aún más comunes entre las empresas que no obtuvieron préstamos. Es más, los empleadores que obtuvieron un préstamo tenían más probabilidades de volver a contratar a los trabajadores que habían sido despedidos, según el informe.