WASHINGTON DC.- La relación diplomática y comercial entre Estados Unidos y Colombia atraviesa un momento de máxima tensión, marcada por un intenso cruce de declaraciones entre sus presidentes, Donald Trump y Gustavo Petro. La disputa verbal, que se ha desarrollado principalmente a través de redes sociales, ha puesto en vilo más de 200 años de lazos bilaterales, enfocándose en temas sensibles como el narcotráfico y las operaciones militares estadounidenses en aguas cercanas.
El inicio de la reciente escalada se sitúa el domingo pasado, cuando el presidente estadounidense, Donald Trump, lanzó una contundente acusación contra su homólogo colombiano. Trump catalogó a Gustavo Petro como un “líder del narcotráfico que incentiva la producción masiva de drogas”, además de anunciar la posible suspensión de la ayuda financiera y subsidios a Colombia. Estas declaraciones intensificaron rápidamente el conflicto preexistente.
La respuesta de Petro fue inmediata y de igual virulencia. El mandatario colombiano desestimó tajantemente las acusaciones de Trump, afirmando que su administración es la que más ha combatido a los capos de la droga en el siglo XXI. Además, calificó al presidente de Estados Unidos de “grosero e ignorante con Colombia”, sugiriéndole incluso leer obras literarias nacionales para comprender mejor el país.
El foco de la discordia se ha centrado también en los ataques militares de Estados Unidos contra supuestas “narcolanchas” en el Pacífico y el Caribe. El gobierno colombiano, liderado por Petro, ha denunciado estas acciones, alegando que algunas operaciones se habrían realizado en aguas territoriales de Colombia y que habrían resultado en la muerte de ciudadanos colombianos, lo que calificó como “crímenes de guerra”.
Trump, por su parte, defendió las operaciones militares, señalando que los ataques se dirigían contra “narcosubmarinos” diseñados para el transporte masivo de drogas. El miércoles, la escalada subió de tono cuando, al ser cuestionado sobre las acusaciones de Petro, el presidente estadounidense redobló su ofensiva, calificando al mandatario colombiano como “un matón y un mal tipo”.
La tensión ha generado preocupación en el panorama político colombiano, con figuras como el senador Efraín Cepeda alertando que la “diplomacia por X” de Petro está poniendo en riesgo la estabilidad nacional y jugando “con candela”. Estos temores se alimentan de la advertencia de Trump sobre posibles “acciones severas” y la suspensión de ayuda financiera a Colombia.
Ante el riesgo de un deterioro mayor, el Gobierno de Colombia intentó apaciguar la situación el lunes, buscando bajar la tensión diplomática con Washington. Sin embargo, el continuo cruce de fuego verbal sugiere que las relaciones bilaterales se encuentran en un punto crítico, con implicaciones que van más allá de la retórica y tocan aspectos de cooperación y soberanía nacional.
El enfrentamiento entre ambos líderes, con estilos confrontacionales y el uso activo de las redes sociales, refleja un profundo quiebre en la tradicional alianza. Mientras Trump vincula la política de drogas de Petro con un aumento récord en los cultivos de coca, Petro se defiende y exige respeto, dejando un futuro incierto para la relación entre los dos países.
