NEW HAVEN.- Una organización de Connecticut que ayuda a refugiados y otros inmigrantes a establecerse en los Estados Unidos informó que está cerrando sus oficinas, después de que la administración del presidente Donald Trump ordenara recortes repentinos en la financiación federal.
La organización también ha despedido a aproximadamente la mitad de su personal.
Los Integrated Refugee and Immigrant Services, o IRIS, está cerrando su oficina principal en New Haven y está haciendo planes para cerrar su oficina de Hartford.
“Estamos tratando de mantenernos a la vanguardia de lo que ha sido un tsunami de cambios en la política de inmigración, congelamientos de fondos, recortes de fondos, contratos que se rompen, y más por venir. Para que sobrevivamos, tenemos que estar a la vanguardia de esto”, dijo Maggie Mitchell Salem, directora ejecutiva del grupo.
Como parte de un esfuerzo por seguir apoyando a los refugiados e inmigrantes locales, Mitchell Salem dijo que la organización está cambiando al trabajo remoto y planea ofrecer algunos servicios en ubicaciones satélite donadas por socios comunitarios.
“Sabemos con certeza que debemos estar allí para apoyar a las personas y tenemos un equipo que quiere hacerlo. ¿Conoce ese dicho ‘donde hay voluntad, hay un camino’? Eso es lo que me motiva en este momento, y creo que es lo que nos motiva a todos”, dijo Mitchell Salem.
La directiva estima que IRIS ha perdido más de 4 millones de dólares en fondos federales, más de una cuarta parte de los fondos que el grupo esperaba obtener este año.
Aun así, a fines de febrero, Mitchell Salem dijo que IRIS pudo ofrecer asistencia para el alquiler a una familia de Afganistán aprobada para llegar con visas especiales de inmigrante y pudieron reunir su propia financiación para volar a los Estados Unidos a raíz de los recortes federales a su préstamo de viaje.
Los IRIS han tenido que hacer recortes de personal significativos. Un personal de más de 100 empleados a tiempo completo ahora se ha reducido a unos 45.
Con la ayuda federal recortada para la llegada de los nuevos refugiados, Mitchell Salem dijo que los empleados a tiempo completo restantes, así como los 20 empleados a tiempo parcial y los intérpretes temporales seguirán teniendo un papel que desempeñar para apoyar a los inmigrantes mientras aprenden inglés y buscan trabajo y capacitación profesional.
“Estamos tratando de asegurarnos de que estamos allí para abordar los desafíos que enfrentan nuestros refugiados y no solo en los tres meses iniciales de la llegada, cuando necesitan más apoyo, sino también durante los años posteriores. Realmente, a las personas les lleva más de tres meses adaptarse y prosperar en sus nuevas comunidades”, indicó.
La organización agradeció a los funcionarios estatales que ayudaron a ofrecer fondos de emergencia a raíz de los recortes, pero Mitchell Salem enfatizó que el gobierno federal aún no ha reembolsado a los IRIS por su ayuda para reasentar a los refugiados que llegaron en septiembre.
“En este punto, la financiación federal que se nos debe, la hemos amortizado. Eso son millones de dólares y no es algo que ninguna organización sin fines de lucro pueda permitirse”, dijo la directiva.
Ya se han visto obligados a terminar programas innovadores, de acuerdo con la directiva, incluido el Cuerpo de Bienvenida, que los IRIS ayudaron a iniciar en Connecticut y se extendió como un modelo nacional para que los voluntarios individuales patrocinen a los refugiados.
Los IRIS continúan preparándose para una ola adicional de cambios en la política de inmigración bajo la administración Trump.
La oficina en la Nicoll Street en New Haven cerrará el 30 de abril, y los servicios continuarán allí hasta fines de marzo. Mientras tanto, dijo que los IRIS se están centrando en su papel como organización comunitaria.
