HARTFORD.- Una graduada de las escuelas públicas de Hartford está tomando acciones legales contra la Ciudad, la Junta de Educación y uno de sus maestros de educación especial.
Aleysha Ortiz afirma que pidió recursos educativos y apoyo durante años, pero esa ayuda nunca llegó.
En cambio, dijo que se graduó sin saber leer ni escribir.
“Mi tiempo en las escuelas públicas de Hartford fue un tiempo que no le deseo a nadie”, declaró Aleysha Ortiz, una graduada de las escuelas públicas de Hartford.
Ortiz se mudó de Puerto Rico a Connecticut y se convirtió en una estudiante de las escuelas públicas de Hartford en el primer grado. Luchó con un impedimento del habla, dislexia, trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) e, inicialmente, una barrera del idioma.
“Todos los primeros días de clases, le decía a la maestra que no sé leer ni escribir, así que, por favor, tengan paciencia conmigo, para que todos lo sepan”, dijo Ortiz a News 8.
Ortiz dijo que los empleados del distrito la acosaban, hostigaban y descuidaban.
“Lloraba al saber que las personas que tenían grandes cargos sabían que esto estaba sucediendo, y nadie se atrevió a hacer algo al respecto”, lamentó Ortiz.
Ella presentó una demanda contra la Junta de Educación de Hartford, la Ciudad de Hartford y uno de sus maestros de educación especial, alegando que “la Junta no abordó adecuadamente sus problemas de aprendizaje y, como resultado, ella siguió teniendo dificultades académicas”.
Esta denuncia específica nombra a Tilda Santiago, una administradora de casos de educación especial y maestra, que supuestamente “le gritaba, menospreciaba y humillaba a Ortiz frente a otros estudiantes y maestros”.
La demanda también decía que “Ortiz corría con frecuencia hacia otros maestros y administradores llorando y con angustia emocional”.
Frustrada, Ortiz dijo que ella sola hizo el trabajo: dedicó la mayor parte de su tiempo libre a la escuela, escuchó grabaciones de audio de sus clases y usó tecnología (como aplicaciones Talk-to-Text) para completar las tareas.
“La primera vez que obtuve una calificación ‘A’ fue muy emotivo”, compartió Ortiz entre lágrimas.
Ortiz pudo mejorar sus calificaciones, cumplir con los requisitos de crédito y caminar por el escenario con sus compañeros graduados. Fue un momento lleno de emociones encontradas.
“Es el trato que tuvo que soportar a manos de varias personas, que eran los adultos en la sala, que se suponía que la estaban ayudando. Realmente la lastimaron mucho”.”, indicó Anthony Spinella, el abogado que representa a Ortiz en este asunto.
Carol Gale, presidenta de la Federación de Maestros de Hartford, dijo que no puede hablar sobre esta demanda específica, pero cree que es necesario revisar la política.
“Les da a los educadores de Hartford una pausa para reflexionar sobre los objetivos a veces contradictorios de aumentar las tasas de graduación y, al mismo tiempo, mantener altas expectativas en consonancia con lo que debería significar un diploma de escuela secundaria”, precisó Gale.
Ortiz quiere ver que se produzca un cambio para que ningún otro estudiante tenga que experimentar lo que ella vivió.
“La educación es muy importante y creo que hemos olvidado su significado. Estoy dispuesta y decidida a apoyar a los estudiantes que lo necesitan”, dijo Ortiz.
Muchos se han unido en torno a Ortiz, consiguiendo el apoyo que necesita. Fue aceptada en la Universidad de Connecticut (UConn) y quiere centrarse en la política y la defensa de la educación especial.
En cuanto a la demanda, están pidiendo una cantidad no revelada por daños y perjuicios.