STAMFORD.- Estados Unidos tiene más residentes nacidos en el extranjero que cualquier otro país, según el Consejo de Relaciones Exteriores.
La Oficina del Censo estima que los inmigrantes representan alrededor del 13.7% de toda la población estadounidense.
Pero hoy en día, menos del 1% de quienes buscan residir permanentemente en los Estados Unidos pueden hacerlo legalmente, según una investigación del Cato Institute.
“La mayoría de las demás naciones desarrolladas del mundo tienen un porcentaje mucho mayor de su sistema de inmigración basado en la economía”, de acuerdo con Theresa Cardinal Brown, asesora principal en inmigración y política fronteriza del Bippartid Policy Center.
En los Estados Unidos, el 62.6% de las tarjetas de residente permanente, o “verdes”, se destinan a inmigrantes patrocinados por familias, en comparación con sólo el 21.1% de los patrocinios basados en el empleo, según el Departamento de Seguridad Nacional.
El Cato Institute estima que sólo 1 de cada mil 500 nuevos empleados en los Estados Unidos recibe una tarjeta de residencia a través de programas de patrocinio laboral.
El sistema de inmigración legal de los Estados Unidos necesita urgentemente una reforma para que funcione para la economía estadounidense, aseguran los expertos.
“Creo que las limitaciones para el número de inmigrantes anuales se actualizaron por última vez en 1990, cuando nuestra población era más pequeña y cuando los tipos de trabajo que hacíamos en este país eran diferentes”, dijo Brown.
Simon Hankinson, investigador principal de la Heritage Foundation, dijo que “lo que me gustaría ver son reformas para que la mayoría de las personas que vienen aquí legalmente como inmigrantes vengan porque nuestra economía los necesita”.
Los expertos sostienen que existe un desajuste entre las demandas económicas y la política de inmigración estadounidense, que favorece en gran medida el patrocinio familiar.