NORWALK.- Un niño de 10 meses murió debido a una sobredosis de opioides el año pasado, de acuerdo con los resultados de la investigación publicados a principios de esta semana y según informó The Connecticut Mirror.
Mezclado con el opioide estaba xilazina, un tranquilizante animal comúnmente utilizado por los veterinarios que no es legal para uso humano y que se ha encontrado en un número cada vez mayor de sobredosis fatales de drogas a lo largo de los años.
Los datos del Departamento de Salud Pública del Estado muestran que hubo 239 sobredosis fatales relacionadas con xilazina hasta noviembre de 2023. En todo 2022, hubo 353.
El tranquilizante, o “tranq” por su nombre comercial, es un sedante no opioide que a menudo se mezcla con fentanilo, un tipo de opioide.
Si bien los medicamentos para revertir las sobredosis de opioides, como la naloxona, podrían revertir los efectos del fentanilo, no obstaculizarán el impacto de la xilazina.
La xilazina estuvo presente en más de una cuarta parte, el 26.4 %, de todas las muertes relacionadas con el fentanilo en el Estado desde 2021 hasta mediados de 2022.
Esta proporción fue la segunda más alta en todo el país. La droga está cada vez más presente en todo el noreste, según datos de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC).
Los datos de los CDC muestran que, en enero de 2019, se encontró xilazina en las muertes relacionadas con el fentanilo el 2.9% de las veces. Tres años y medio después, en junio de 2022, la participación aumentó al 10.9%. En números absolutos, en el mes de enero de 2019 se produjeron 12 de ese tipo de muertes, mientras que en junio de 2022 se produjeron 188.
La xilacina no sólo se mezcla con fentanilo. Se ha mezclado con heroína y cocaína, entre otras drogas ilegales, y cuando se analizan todas esas muertes relacionadas con la xilazina, Connecticut sigue siendo uno de los más afectados, ya que tiene la segunda tasa de muertes relacionadas con la xilazina más alta del país.
Connecticut tuvo alrededor de nueve muertes por cada 100 mil residentes en 2022, justo detrás de Vermont con 10.5.
En cifras brutas, Connecticut tuvo alrededor de 350 muertes relacionadas con la xilazina ese año; Vermont tenía 68.
Los datos provienen de un estudio publicado el mes pasado por investigadores de la Universidad estatal de Arizona, que encontraron información sobre muertes relacionadas con la xilacina en 2022 en 18 estados con datos fácilmente disponibles.
“Durante el proceso de búsqueda de información sobre muertes por sobredosis relacionadas con xilazina en diferentes estados, parecía que Connecticut era uno de los estados con más datos disponibles en línea”, de acuerdo con el investigador principal, el doctor Manuel Cano.
“A diferencia de Connecticut, hay otros estados que actualmente no proporcionan datos públicos sobre muertes por sobredosis relacionadas con xilazina o que no realizan pruebas uniformes de xilazina en toxicología post-mortem”, agregó el experto.
Cano y su equipo también analizaron datos de la U.S. Drug Enforcement Agency (DEA) sobre los resultados químicos de laboratorio de sustancias obtenidas de las autoridades durante las incautaciones de drogas.
En 2022, se encontró xilazina en el 7% de las incautaciones de drogas enviadas a los laboratorios para su análisis en Connecticut, la segunda proporción más alta del país y un aumento con respecto al 1.8% en 2019. Si se tiene en cuenta la población, la tasa de informes de drogas con xilazina en Connecticut en 2022 fue de casi 7 por cada 100 mil habitantes, la quinta más alta del país.
Los investigadores reconocieron las limitaciones de sus datos, entre ellas que no todas las drogas incautadas por las fuerzas del orden se envían a un laboratorio para su análisis y que la dosis o cantidad de la droga incautada no se tiene en cuenta en los datos, por lo que calcularon tanto las tasas como los porcentajes.