NEW HAVEN.- El sindicato de policías de New Haven presentó una queja laboral para detener la iniciativa de la Ciudad, largamente demorada, de enviar trabajadores sociales en lugar de policías en respuesta a ciertas llamadas al 911.
El sindicato presentó una queja ante la Junta de Relaciones Laborales del Estado, alegando que la Ciudad ha estado negociando con el sindicato de mala fe y solicitando que el Municipio cese y desista de implementar el próximo equipo de respuesta de emergencia de trabajadores sociales.
La denuncia es parte de una maniobra más amplia que está ocurriendo entre la administración de la Ciudad y el sindicato de policías sobre las negociaciones de un nuevo contrato.
El programa, llamado Compassionate Allies Serving our Streets (COMPASS), tiene como objetivo proporcionar trabajadores sociales capacitados y miembros de la comunidad para ayudar a la policía a responder a las llamadas relacionadas con la falta de vivienda, la salud mental y el uso de sustancias.
La ciudad lanzó COMPASS por primera vez después de la ola de protestas de Black Lives Matter durante el verano de 2020 como un esfuerzo por revisar las interacciones de la policía con los civiles vulnerables.
La implementación del programa se retrasó durante más de un año y la Ciudad había planeado iniciar el programa el 3 de octubre.
Ahora esa fecha de inicio actualizada está nuevamente en pausa.
La Ciudad ha presentado una respuesta a la junta laboral “defendiendo vigorosamente la posición de la Ciudad”, indicó el alcalde Justin Elicker.
Jack Tebes, un psicólogo de Yale que se ha desempeñado como gerente de proyectos de la Ciudad, dijo que, si bien la fecha de inicio del programa se ha retrasado, la planificación y la capacitación continuarán por el momento. “Queremos seguir haciendo todos los preparativos para estar listos para el lanzamiento de COMPASS para que cuando se resuelva su problema, estemos listos”, dijo.
Según Elicker, la Ciudad estableció procedimientos operativos, contrató a la mayor parte del equipo y comenzó a capacitar a los miembros, policías y bomberos de COMPASS.
“Es muy decepcionante que el sindicato haya presentado la denuncia”, dijo Elicker.
Dijo que no entendía las alegaciones del sindicato sobre negociaciones de mala fe. “Podrían haberlo enviado en cualquier momento durante los muchos meses que hemos estado hablando sobre este programa. Me preocupa que no se trate de COMPASS, sino más bien de negociaciones de contratos”, agregó el funcionario.
Elicker sostuvo que la asistencia de los trabajadores sociales beneficiaría a los oficiales de policía al reducir la necesidad de que los oficiales “hagan algo fuera del alcance de su trabajo”.
Marshall Segar, el abogado que representa al sindicato de la policía, manifestó que “es realmente desalentador saber que después de nuestra primera sesión de negociación para un contrato sucesor, alguien ‘filtraría’ la queja de la Junta Laboral a la prensa”.
Apuntó que “las reglas básicas para tales negociaciones prohíben los comunicados de prensa y las discusiones son confidenciales. Sin revelar la esencia de nuestras conversaciones con la Ciudad, COMPASS ha sido y seguirá siendo un elemento negociable entre la Ciudad y el Sindicato. El Sindicato no hará más comentarios y planea investigar esta ‘filtración’ por completo”.