NORWALK.- El cierre parcial del gobierno federal, iniciado el 1º de octubre, amenaza con la interrupción de los pagos del Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP), un golpe grave para las personas de Connecticut, a menos que se restablezca la financiación antes del 1 de noviembre.
El Estado estima que aproximadamente 360,000 personas de Connecticut podrían quedar sin estos beneficios alimentarios si no se actúa pronto.
Ante este escenario, el gobierno estatal destinará 3 millones de dólares en ayuda de emergencia a la organización sin fines de lucro Connecticut Foodshare para que incremente su capacidad de abastecimiento en despensas, móviles de alimentos y bancos de alimentos a lo largo del Estado.
Pero este monto, aunque significativo, no suple por completo el volumen que representa SNAP, por lo que la colaboración de la comunidad será clave.
Para quienes quieran ayudar, se destacan varias acciones concretas: donar dinero (preferiblemente) o alimentos no perecederos, organizar colectas de alimentos en iglesias, escuelas o comunidades, y ofrecerse como voluntario en bancos de alimentos y despensas locales.
Los alimentos más solicitados incluyen mantequilla de maní, leche larga vida, productos con alta estabilidad en despensa y frutas/verduras frescas. Donar dinero permite a las despensas comprar al por mayor lo que más se necesita y optimizar recursos.
En paralelo, para las personas que podrían verse afectadas: es importante revisar el saldo de la tarjeta EBT (tarjeta electrónica de beneficios) llamando al 1-888-328-2666 o ingresando a MyDSS, ya que los beneficios cargados antes del cierre del gobierno serán accesibles hasta que se agoten.
También se aconseja conectarse con las redes de ayuda locales a través del teléfono 211 o visitando 211ct.org para localizar despensas y servicios de apoyo.
Las autoridades advirtieron que incluso si los pagos federales se suspenden, los recursos estatales y locales pueden aliviar solo parcialmente el impacto, por lo que la preparación es crucial: planificar compras de alimentos esenciales, evitar gastos innecesarios, y entender que la situación puede prolongarse si el impasse en Washington no se resuelve pronto.
En este contexto, la coordinación entre agencias estatales, sin fines de lucro y la comunidad es decisiva.
Finalmente, se hace un llamado a la solidaridad: “Todos somos vecinos, este es el momento de actuar”, dijo la comisionada del Departamento de Servicios Sociales de Connecticut, Andrea Barton‑Reeves, al pedir a los ciudadanos que contribuyan según su capacidad.
La invitación es clara: si puede donar, hágalo; si puede ofrecerse como voluntario, hágalo; y si necesita ayuda, acérquese sin dudarlo. La meta es que nadie pase hambre en Connecticut mientras se resuelve la crisis, finalizaron las autoridades.
