STAMFORD.- Una nueva cepa de COVID-19 que está ganando terreno en el extranjero se está detectando en los Estados Unidos, según las autoridades sanitarias que rastrean el virus.
Los controles aeroportuarios han identificado casos de la variante NB.1.8.1, la misma cepa vinculada a un aumento repentino de infecciones en China, entre viajeros internacionales que llegan a varios estados de los Estados Unidos.
La variante se ha encontrado en pasajeros sometidos a pruebas en aeropuertos del área metropolitana de Nueva York, California, Virginia y el estado de Washington.
Esos viajeros provenían de diversos países, como China, Japón, Francia, Corea del Sur, Vietnam, Tailandia, Taiwán y España.
Los resultados positivos se registraron entre finales de abril y mediados de mayo, según datos de Ginkgo Bioworks, socio de pruebas aeroportuarias de los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC).
Si bien la variante ha llamado la atención por su creciente presencia global, los expertos afirman que no parece ser más peligrosa que las versiones anteriores del virus.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la NB.1.8.1 se considera actualmente una variante en seguimiento, y se espera que las vacunas actuales mantengan su eficacia en la protección contra enfermedades graves.
Los datos de seguimiento global muestran que la NB.1.8.1 representa actualmente más del 10% de los casos secuenciados de COVID-19 en todo el mundo, un aumento considerable respecto al 2.5 % del mes anterior.
En los Estados Unidos y otras partes de las Américas, su prevalencia casi se ha triplicado en ese mismo período.
Las autoridades sanitarias continúan monitoreando la propagación de la variante, aunque el riesgo general para la salud pública de la NB.1.8.1 se considera actualmente bajo.