NEW HAVEN.- Una encuesta reciente de más de 200 proveedores de cuidado infantil de Connecticut encontró que aproximadamente una cuarta parte de los encuestados no generaban suficientes ingresos para sostener sus negocios, y sugiere que hay más de 4 mil puestos de personal vacantes en todo el sistema.
Eso es según CT Early Childhood Alliance, que encuestó a 205 proveedores entre el 23 de octubre y el 14 de noviembre en una muestra que representaba más del 21% de los centros de cuidado infantil con licencia del Estado.
Merrill Gay, director ejecutivo del grupo, dijo que los resultados de la encuesta reflejan un sector de cuidado infantil que enfrenta un dilema difícil: los proveedores no pueden generar más ingresos sin abrir más aulas, pero muchos no pueden abrir más aulas debido a una persistente escasez de mano de obra.
“Significa que hay cientos de aulas que todavía están cerradas y que no han reabierto después del COVID-19. Significa que las familias tienen más problemas para encontrar atención y los programas tienen dificultades para alcanzar el punto de equilibrio”, declaró Gay.
Durante un discurso de cinco minutos en el pleno del Senado el miércoles pasado, el senador federal de Connecticut, Chris Murphy, dijo que 124 mil padres de familia del Estado habían informado que su trabajo se vio interrumpido por dificultades en el cuidado de sus hijos, y algunos incluso se vieron obligados a reubicarse.
Murphy buscaba generar apoyo para una solicitud de financiamiento de 16 mil millones de dólares al Congreso por parte de la administración del presidente Joe Biden, que podría proporcionar un estimado de 107 millones de dólares para apoyar a alrededor de 2 mil 580 proveedores de Connecticut, según la Casa Blanca.
Aquí en Connecticut, el gobernador Ned Lamont ha convocado un grupo de trabajo para redactar un plan quinquenal para apuntalar el sector del cuidado infantil.
A finales de este mes, está previsto que el grupo presente su plan final y se espera que solicite aumentos en la financiación estatal para los proveedores y una elegibilidad más amplia para los subsidios para las familias.
No está claro cuánto financiamiento adicional recomendará el grupo mientras los formuladores de políticas estatales se preparan para hacer ajustes a un presupuesto de dos años que ya está cerca del límite de gasto estatal.
Sin embargo, un borrador del informe del subcomité de financiación y costos del grupo estimó que los aumentos de compensación para todos los centros de cuidado infantil y proveedores de cuidado infantil familiar podrían exceder los 750 millones de dólares.
Por ahora, la compensación sigue siendo un desafío para la contratación de proveedores, según Gay, quien dijo que los educadores de la primera infancia a veces se encuentran eligiendo entre un centro de cuidado infantil que ofrece pagar 16 dólares por hora por un trabajo exigente y de alta responsabilidad, o un restaurante de comida rápida que ofrece 17 dólares.
“Este es un sistema que se ha mantenido unido con chicle, cinta adhesiva y trabajo de explotación de las mujeres desde siempre”, afirmó.
Mientras tanto, más del 80% de los proveedores encuestados por CT Early Childhood Alliance informaron haber agotado lo último de sus fondos de ayuda por COVID-19.
Gay dijo que esperaba que la pandemia ayudara a enmarcar el cuidado infantil como una necesidad tanto para los padres como para el resto de la sociedad.
“Realmente necesitamos verlo como infraestructura. Si no tengo cuidado infantil y tengo un niño pequeño, no puedo ir a trabajar. Este problema necesitamos verlo tan importante como las carreteras y los puentes que necesitamos para ir a trabajar. No esperamos que las carreteras y los puentes se paguen solos, es un gasto público para abordar una necesidad común”, finalizó el directivo.