STAMFORD.- Mientras los niños se preparan para regresar a la escuela, las bibliotecas de Connecticut aseguran que están listas para ayudar a sus mentes ansiosas a aprender.
Además de amplios catálogos de libros y películas, las bibliotecas de todo el Estado brindan acceso a herramientas académicas como Khan Academy, Fact Monster y Tutor.com.
A raíz de la pandemia de COVID-19, muchas bibliotecas también han trabajado para unir a las personas a través de diferentes programas, como clubes de lectura.
Scott Jarzambek, vicepresidente y presidente electo de la Asociación de Bibliotecas de Connecticut, dijo que los programas más nuevos están comenzando a centrarse en cerrar la brecha digital.
“En las comunidades donde la gobernanza electrónica se ha vuelto tan importante, tenemos claro sobre lo fundamental que es utilizar la tecnología, ya que en estos tiempo se hace de todo desde una computadora o un dispositivo móvil, ya sea para verificar las calificaciones de su hijo hasta solicitar un permiso de construcción. Es vital asegurarnos de que todos en la comunidad tengan acceso al internet y al equipo necesario para que puedan ser parte de esos avances”, precisó Jarzambek.
Señaló que este otoño se lanzarán muchos programas en las bibliotecas de Connecticut, incluidas noches de juegos, knitting groups (grupos de tejido) y otras actividades semanales.
Las personas pueden encontrar más información en el calendario de eventos de su biblioteca local visitando la web https://www.ctlibrarians.org/page/virtualevents.
Si bien en Connecticut no se han promulgado prohibiciones de libros relacionados con las escuelas, han surgido algunos desafíos.
Hace unos meses, se presentó ante la Junta Escolar de Newtown una impugnación pública de dos novelas gráficas. Si bien la junta decidió rechazarlo, Jarzombek dijo que estas controversias resaltan la importancia de que las bibliotecas de todo el país trabajen para salvaguardar el acceso a la información.
“Realmente hemos demostrado la importancia de nuestro trabajo, y eso es proteger la información, asegurándonos de que la información sea precisa y, a veces, teniendo conversaciones que pueden ser incómodas sobre por qué algunas cosas simplemente necesitan ser así, incluso si la gente no se siente cómoda con eso” dijo Jarzombek.
En todo el país, las prohibiciones y cuestionamientos de libros alcanzaron un máximo histórico en 2022. Más de 2 mil 500 títulos fueron objeto de censura el año pasado, un aumento del 38% con respecto a 2021.