
La demanda incluye a una familia multimillonaria detrás de OxyContin
NUEVA YORK.- El estado de Nueva York se está enfrentando a grandes compañías farmacéuticas, anunciando la “demanda más completa de la nación contra los distribuidores y fabricantes de opioides”, informó la fiscal general Letitia James.
James presentó la demanda contra la familia Sackler y otros distribuidores, que son responsables de la generalización del abuso de OxyContin, alegando que la farmacéutica Purdue Pharma ayudó a provocar una crisis de opioides que causó la muerte de miles de personas.
La demanda, anunciada el jueves pasado, alega que a través de varios años de mercadotecnia falsa y engañosa, y al ignorar sus deberes para evitar el desvío ilegal de sustancias controladas, seis fabricantes nacionales de opioides de receta, la familia Sackler y cuatro distribuidores nacionales de medicamentos recetados son “gran parte responsable de crear la epidemia de opioides que ha asolado Nueva York, causando una adicción generalizada, muertes por sobredosis y sufrimiento”.
James señaló que “esta demanda abre nuevos caminos al exponer un extenso conjunto de hechos que alegan que los distribuidores de medicamentos recetados no cumplieron con sus deberes para detectar e informar el desvío de opioides a través de programas de monitoreo de órdenes sospechosas mal diseñados, mal equipados y mal ejecutados”.
Según la denuncia, la epidemia de opioides prevalece particularmente en Nueva York debido al presunto “fraude, mala conducta intencional y negligencia grave de los distribuidores que compran sustancias controladas a granel a los fabricantes y venden a farmacias individuales y otros dispensadores autorizados”.
James dijo que “estas fallas sistémicas llevaron a envíos masivos de opioides a farmacias específicas en Nueva York que mostraron numerosas “señales de alerta, como un alto porcentaje de recetas pagadas en efectivo o escritas por un número relativamente pequeño de proveedores que han sido acusados o condenados por, prescripción ilegal”
La queja alega además que los fabricantes implementaron un “libro de jugadas” para engañar al público sobre la seguridad y los riesgos de los opioides recetados.
“Los fabricantes hicieron afirmaciones de que los opiáceos podrían mejorar la calidad de vida y el funcionamiento cognitivo, promovieron declaraciones falsas sobre la naturaleza no adictiva de estas drogas, enmascararon los signos de adicción al referirse a ellos como ‘pseudoaddicción’ y alentaron un mayor uso de opioides para tratarla, y sugirió que los métodos alternativos de alivio del dolor eran más riesgosos que los opiáceos, entre otras afirmaciones sumamente engañosas”, señaló James.
“Utilizaron una vasta red de representantes de ventas para impulsar estas narrativas peligrosas y dirigirse a médicos susceptibles, publicar inundaciones con sus anuncios engañosos y ofrecer a los consumidores tarjetas de descuento y otros incentivos para atraerlos a solicitar tratamiento con sus productos”, agregó la Fiscal General.
Según James, cada día, más de 130 personas, incluidas aproximadamente nueve en Nueva York y dos en Westchester, mueren como resultado de la sobredosis relacionadas con los opioides. Desde el 2000 hasta el 2011, el número de recetas para medicamentos opioides se ha cuadriplicado.
“La epidemia de opioides ha devastado a las familias y comunidades en todo Nueva York. Encontramos que los fabricantes y distribuidores de productos farmacéuticos realizaron años de mercadotecnia engañosa sobre los riesgos de los opioides y no cumplieron con su deber básico de informar sobre las conductas sospechosas, lo que llevó a la crisis con la que vivimos hoy. A medida que la familia Sackler y los demás acusados se hicieron más ricos, la salud de los neoyorquinos se empobreció y nuestro Estado se vio obligado a pagar la factura. Los fabricantes y distribuidores de opioides son los culpables de esta crisis y ya es hora de que asuman la responsabilidad”, finalizó James.
