WASHINGTON DC (INFOBAE).- Un tribunal federal en Seattle emitió una orden preliminar que detiene la implementación de una orden ejecutiva firmada por el presidente Donald Trump en su primer día de regreso al cargo, la cual suspendía el histórico Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos.
Según informó The New York Times, el juez Jamal N. Whitehead, del Tribunal de Distrito para el Distrito Oeste de Washington, dictaminó que la orden de Trump probablemente excedía los límites de su autoridad presidencial y ordenó la restauración del programa mientras se resuelve una demanda en curso.
El juez Whitehead argumentó que la suspensión del programa, establecido por el Congreso en 1980, representaba una posible violación de la separación de poderes. “El presidente tiene una amplia discreción para suspender la admisión de refugiados, pero esa autoridad no es ilimitada”, señaló el juez en su fallo, según consignó NBC News. Además, indicó que la orden ejecutiva parecía anular la voluntad del Congreso y violar principios fundamentales del derecho administrativo.
Millones de beneficiarios
El Programa de Admisión de Refugiados de Estados Unidos, que ha permitido la entrada de más de 3 millones de refugiados desde su creación, había sobrevivido a siete administraciones presidenciales, incluida la primera presidencia de Trump. Sin embargo, la orden ejecutiva firmada el 20 de enero buscaba detenerlo indefinidamente, argumentando que el país carecía de la capacidad para absorber grandes números de refugiados sin comprometer recursos, seguridad y procesos de integración.
La demanda contra la orden fue presentada por nueve refugiados individuales y tres organizaciones que reciben fondos federales para ayudar en la reubicación de refugiados. Entre los demandantes se encuentra un hombre de 22 años de la República Democrática del Congo, identificado como Pacito, quien había vendido todas sus pertenencias y abandonado su hogar en preparación para viajar a Estados Unidos con su familia, solo para descubrir que su vuelo había sido cancelado dos días después de la firma de la orden.
Los demandantes sostienen que la suspensión del programa viola la ley que lo creó, los procedimientos establecidos por la Ley de Procedimiento Administrativo y la garantía de debido proceso de la Quinta Enmienda. Según The New York Times, el juez Whitehead consideró que estos argumentos tienen una alta probabilidad de éxito, calificando la orden ejecutiva como una “anulación efectiva de la voluntad del Congreso”.
Por su parte, el Departamento de Justicia defendió la medida, argumentando que Trump actuó dentro de su autoridad constitucional y legal para tomar decisiones relacionadas con la seguridad nacional y la admisión de extranjeros. Sin embargo, durante la audiencia, el juez cuestionó los efectos de la orden, señalando que los refugiados separados de sus familias y aquellos atrapados en procesos de reubicación interminables enfrentan daños irreparables que no pueden ser compensados económicamente.
El abogado del Departamento de Justicia, August Flentje, solicitó que, en caso de que el juez fallara en contra de la administración, la orden judicial se limitara únicamente a los demandantes que demostraran un daño irreparable. Sin embargo, los abogados de los demandantes insistieron en que una orden más amplia era necesaria para abordar los perjuicios sufridos por todos los afectados.
Cumplimiento de la orden judicial
La suspensión del programa también afectó a las organizaciones que trabajan en la reubicación de refugiados, muchas de las cuales enfrentaron despidos de personal y la interrupción de servicios esenciales debido a la congelación de fondos federales. Según NBC News, los abogados de los demandantes advirtieron que las consecuencias de la orden ejecutiva eran comparables a “un Humpty Dumpty cayendo de un muro de ladrillos”, con daños que no podrían repararse sin una intervención inmediata.


Aunque el juez Whitehead emitió una orden preliminar para restaurar el programa y los fondos asociados, persisten dudas sobre si la administración de Trump cumplirá con el fallo. El gobierno de Trump ha enfrentado múltiples demandas legales y, en algunos casos, ha encontrado formas de eludir las órdenes judiciales.
En casos anteriores, otros jueces federales han tenido que emitir mociones para hacer cumplir sus fallos, lo que sugiere que el cumplimiento de las decisiones judiciales por parte de la administración no siempre ha sido inmediato. Aunque ningún funcionario ha sido declarado en desacato, publicaciones en redes sociales del expresidente, como la frase “Quien salva a su país no viola ninguna ley”, han generado temores de una posible crisis constitucional si el poder ejecutivo desafiara abiertamente la autoridad judicial.
El fallo del juez Whitehead podría ser apelado por el gobierno ante el Tribunal de Apelaciones del Noveno Circuito. Si el tribunal de apelaciones o la Corte Suprema conceden una suspensión, la orden ejecutiva de Trump podría volver a entrar en vigor mientras continúa el litigio. Sin embargo, si la orden preliminar se mantiene, el programa de admisión de refugiados deberá ser restaurado temporalmente.
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