NEW HAVEN.- Propietarios han retirado poco menos de una docena de tiendas de campaña de un campamento para personas sin hogar en un patio trasero de la Rosette Street para dejar espacio para seis nuevas tiny homes o “casas pequeñas”, el último experimento local para brindar refugio de emergencia a los más necesitados.
Esas casas prefabricadas, todas de menos de 100 pies cuadrados cada una, aparecieron el fin de semana pasado detrás de la Amistad Catholic Worker House, en 203 Rosette Street.
Esa es la casa del vecindario de Hill de los activistas Mark Colville y Luz Catarineau, quienes han ofrecido comidas y refugio en ese lugar durante décadas, siguiendo la tradición del movimiento de los Trabajadores Católicos centrado en la hospitalidad.
Desde la pandemia, la pareja ha convertido su patio trasero en un vecindario, respondiendo al aumento vertiginoso de los alquileres y la limpieza de los campamentos de personas sin hogar, invitando a quienes no tienen una vivienda estable a acampar en su propiedad.
Ahora han llevado esa iniciativa un paso más allá, trasladando todas esas tiendas de campaña a un terreno cercano, propiedad de la Ciudad, para crear espacio para una serie de refugios de pequeña escala, teóricamente más seguros, completos con camas, puertas y ventanas que se cierran con llave, calefacción y refrigeración, tomas de corriente, detectores de humo y extintores (aunque las casas ya están montadas los servicios públicos aún no están operativos).
“No sé qué pensar de esto todavía”, manifestó Jason Marrone, un hombre de 42 años que ha vivido en las afueras de la de la Amistad Catholic Worker House durante los últimos meses después de que el Estado derribó un campamento junto a las vías del trenes de Metro-North donde había estado durmiendo.
“Nunca había visto esto antes; nunca había visto a personas haciendo cosas así entre sí. Nunca había visto a gente llegar tan lejos por las personas sin hogar”, expresó Marrone.
Las tiny homes o “pequeñas casas” procedían de Pallet, una empresa con fines de lucro que ha vendido con éxito el concepto de “aldeas refugio” prefabricadas para mitigar la falta de vivienda a más de 100 comunidades en todos los estados desde 2017, y que ayudó a ensamblar todos los edificios en el transcurso del sábado pasado.
El campamento en las afueras de la de la Amistad Catholic Worker House incluye cuatro casas individuales, de 64 pies cuadrados cada una, y dos dobles, que cuentan con literas plegables y cubren 100 pies cuadrados cada una.
Jacob Miller, un corredor de bienes raíces y defensor de la vivienda que también es vecino y yerno de Colville, dijo que el proyecto total de la “casa pequeña”, incluida la preparación del sitio, los trabajos eléctricos, la entrega y el alquiler de equipos, costó 123 mil 940 dólares, lo que asciende a 20 mil 656 dólares por unidad.
Durante el año pasado, Colville, Catarineau, sus vecinos del patio trasero y un amplio equipo de voluntarios lograron recaudar ese dinero principalmente a través de donaciones de personas y organizaciones en los suburbios cercanos.
La idea de Colville detrás del campamento en el patio trasero es traer de regreso a la comunidad a personas que podrían estar marginadas de los vecindarios porque no pueden permitirse el lujo de alquilar.
Señaló el plan aprobado por los concejales de la Ciudad para comprar el hotel Days Inn en el Foxon Boulevard, que la administración del alcalde Justin Elicker planea convertir en 57 habitaciones de refugio no congregados para quienes no tienen vivienda, como una forma de aislar a los pobres.