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Wednesday, June 18, 2025

Golpe a economía de EEUU: inflación repunta al 3.2%

Los precios de consumo subieron dos décimas con respecto al mes de junio, indicó esta semana la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS)

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STAMFORD.- Tras doce meses consecutivos de caídas, la tasa de inflación en los Estados Unidos subió dos décimas en julio y se situó en el 3.2 %, en un momento marcado por la estrecha vigilancia de los precios por parte de la Reserva Federal, que en su última reunión volvió a subir los tipos de interés.

En términos mensuales, los precios de consumo subieron dos décimas con respecto al mes de junio, indicó esta semana la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS).

La subida de dos décimas en términos interanuales se conoce después de que en junio el indicador se situara en el 3%, su nivel más bajo desde antes de la pandemia.

La tasa anual de la inflación subyacente, que mide la subida de precios sin contar ni la energía ni los alimentos y es uno de los indicadores en los que más se fija la Reserva Federal para tomar sus decisiones, bajó ligeramente, una décima, y se colocó en julio en el 4.7%.

Precisamente, el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, se fija en este dato para recalcar que la subyacente está en su nivel más bajo desde septiembre de 2021 y destacar que la tasa general de inflación ha caído dos tercios desde el pasado verano.

“Los datos publicados esta semana muestran que nuestra economía permanece fuerte”, consideró Biden en un informe en el que también destacó que el desempleo sigue bajo y los salarios del trabajador medio son más altos que antes de la pandemia.

Hasta julio, la inflación estadounidense bajó durante 12 meses consecutivos desde que en junio de 2022 batiera su récord de los últimos 40 años al colocarse en el 9.1 %, como consecuencia de la interrupción de la cadena de suministro por la guerra de Rusia contra Ucrania y los últimos coletazos de la pandemia.

Para tratar de controlar los precios, la Reserva Federal comenzó en marzo del año pasado a subir los tipos de interés, que hoy en día se sitúan en una horquilla del 5.25 % y el 5.5 %, su máximo nivel desde 2001.

En el último anuncio hecho hace dos semanas el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, consideró que todavía “tomará tiempo” ver los efectos de la política monetaria del banco central, “especialmente sobre la inflación”, que todavía tardará meses en volver al deseado 2 %.

En este contexto, la BLS señaló que los precios de la energía han caído en un año el 12.5 %, mientras que los alimentos subieron en ese tiempo el 4.9 %.

El encarecimiento de los precios relativos a la vivienda, que subieron cuatro décimas en julio y acumulan una subida interanual del 7.7%, fue el que más contribuyó al aumento mensual de todos los precios y representó más del 90 % de dicha subida.

En términos mensuales, los precios de los alimentos subieron un 0.2 % en julio, y los de la energía un 0.1 % y la inflación subyacente se elevó dos décimas.

 

Rebajan calificación crediticia de Estados Unidos

Además, de la subida de la inflación, Fitch rebajó, el martes pasado, la calificación crediticia máxima del gobierno de los Estados Unidos de AAA a AA+ y provocó una amplia respuesta en Washington y en la comunidad de inversionistas.

La rebaja parece más fuerte en el impacto en las bolsas. Con fuertes caídas en Asia y Europa, en los Estados Unidos también cae, aunque de forma menos acusada.

Entre la ira hacia la agencia de calificación por su metodología y un predecible juego de culpas partidista que se desencadenó tras conocerse la calificación crediticia, había pocas expectativas inmediatas de que la rebaja cambiara el panorama en Washington.

Los legisladores se dirigen actualmente hacia un cierre del gobierno este otoño, lo que podría ser otra muestra de disfunción en Washington, mientras que los esfuerzos paralelos para evitar la próxima lucha por el límite de la deuda en 2025 avanzan a paso de tortuga.

El-Erian, asesor económico jefe de Allianz y presidente del Queens’ College, de la Universidad de Cambridge, manifestó que “este anuncio es mucho más probable que sea ignorado y que tenga un impacto disruptivo duradero en la economía y los mercados de Estados Unidos”, señaló Mohamed A.

De hecho, la administración Biden desestimó inmediatamente el movimiento, con la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, calificándolo de “arbitrario y basado en datos desactualizados”.

Sin embargo, la agencia de calificación señaló desafíos fiscales a largo plazo al realizar su cambio, desafíos que Washington deberá abordar en los próximos años.

Michael Strain, el director de Estudios de Política Económica en el American Enterprise Institute, señaló que puede haber mucho de qué discutir sobre el momento de Fitch, pero la medida aún apunta a problemas subyacentes, como una trayectoria fiscal insostenible y un sistema político estadounidense que “no parece estar a la altura del desafío que enfrenta”.

Fitch dijo que “ha habido un deterioro constante en los estándares de gobernabilidad en los últimos 20 años, incluyendo asuntos fiscales y de deuda”.

 

Una segunda rebaja

Con esta decisión, ahora dos de las tres principales agencias calificadoras de crédito, Fitch y S&P Global Ratings, han rebajado la calificación crediticia de Estados Unidos.

La acción de Fitch se produjo dos meses después de un acuerdo sobre el techo de la deuda en mayo que evitó un incumplimiento del gobierno, pero solo después de que los legisladores llevaran nuevamente al país al borde del precipicio.

De manera similar, S&P rebajó la calificación crediticia de los Estados Unidos en 2011 después de un enfrentamiento sobre el límite de la deuda ese año.

La tercera agencia de calificación, Moody’s, calificó por última vez los bonos del Tesoro de los Estados Unidos como AAA con perspectiva estable. Es poco probable que siga pronto la decisión de Fitch.

Mark Zandi, el economista jefe de Moody’s Analytics, dijo en un artículo que consideraba que la decisión de Fitch estaba “fuera de lugar” y criticó la calificación en diversos aspectos.

Zandi no supervisa las decisiones de calificación en Moody’s Investors Service. Ambas forman parte de Moody’s Corporation, pero operan de manera independiente.

La medida provocó una enérgica respuesta de la Casa Blanca y otros observadores que señalaron que el propio modelo de calificación cuantitativa de Fitch para la salud fiscal de los Estados Unidos ha mejorado desde que Biden asumió el cargo.

“Desafía la realidad rebajar a los Estados Unidos en un momento en que el presidente Biden ha logrado la recuperación más sólida de cualquier economía importante en el mundo”, dijo la Secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre.

“Estoy muy desconcertado por muchos aspectos de este anuncio, así como por el momento. Sospecho que no seré el único”, agregó El-Erian,

Otros observadores criticaron la metodología de la agencia calificadora.

El ex director del Consejo Económico Nacional, Jason Furman, dijo que “es difícil entender por qué se está produciendo la rebaja ahora”.

El economista liberal Paul Krugman calificó la medida de “ampliamente y correctamente ridiculizada”. (Tomado de EFE y Yahoo Finance).

 

 

 

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