STAMFORD.- Se necesitan inversiones en educación y salud para ayudar a los niños de Connecticut, según un nuevo informe anual.
En el Annie E. Casey Foundation’s Kids Count Data Book, la clasificación general del Estado para el bienestar infantil ha disminuido ligeramente en el último año.
Ocupa el mismo lugar en educación, pero ha disminuido en términos de salud infantil. Y la cantidad de niños pequeños que no están matriculados en preescolar aumentó del 35% entre 2012 y 2016 al 39% para 2021.
Emily Byrne, directora ejecutiva de Connecticut Voices for Children, dijo que se necesitan inversiones estatales en la educación de la primera infancia.
“Se necesita instituir más apoyos para el cuidado temprano, para que los proveedores sean compensados por su función de brindar los componentes básicos educativos que necesitan nuestros residentes más jóvenes”, detalló Byrne.
“Se requiere, además, un Crédito Tributario por Hijos, para brindar más asequibilidad a los padres, en términos de compensar el alto costo de criar a los niños en nuestro Estado”, agregó.
Señaló que la vivienda asequible es otra área que necesita inversión estatal.
El aumento de la inflación ha llevado a alquileres altos y altas tasas de desalojo.
El año pasado hubo más de 21 mil desalojos en el Estado, según la Connecticut Fair Housing Coalition.
La Asamblea General consideró la legislación para establecer oportunidades de vivienda justas y equitativas, pero no fue aprobada.
En Connecticut, las competencias en lectura de cuarto grado y matemáticas de octavo grado disminuyeron entre 2019 y 2022, siguiendo una tendencia nacional que puede estar relacionada con la pandemia.
Leslie Boissiere, vicepresidenta de asuntos externos de la Annie E. Casey Foundation, dijo que se deben realizar inversiones educativas críticas para ayudar a los estudiantes a ponerse al día y tener éxito.
“Es imperativo que invirtamos en los sistemas educativos para garantizar que podamos cerrar esas brechas. Podemos cambiar la trayectoria de los niños pobres mejorando los resultados en esos momentos críticos de sus vidas”, enfatizó Boissiere.
Apuntó que los datos de educación son indicadores clave de si los jóvenes se graduarán de la escuela secundaria a tiempo y encontrarán buenos trabajos.