Una gran actividad astronáutica conlleva a menudo la acumulación en órbita a la Tierra de vehículos espaciales que ya no tienen utilidad. Con frecuencia, estos objetos ocupan órbitas que muchos satélites nuevos necesitan usar y su presencia allí amenaza la seguridad de estos. Tengamos en cuenta que estos desechos típicamente vuelan a una velocidad superior a la de las balas recién disparadas, por lo que son más peligrosos que estas.
Hacer que los satélites muertos reentren lo antes posible a la atmósfera terrestre, donde se desintegrarán sin mayores consecuencias, es el objetivo de un nuevo sistema desarrollado en la Universidad Purdue de Estados Unidos.
A grandes rasgos, se trata de un dispositivo de escaso peso que, plegado ocupa poco espacio. Se le instala en la parte exterior de un vehículo espacial. Cuando este llega al final de su vida operativa y se convierte en un estorbo, el dispositivo despliega una gran vela. En órbita a la Tierra, sobre todo si se trata de una órbita baja, hay suficientes moléculas de aire para que ejerzan contra la vela una resistencia al avance la cual es mayor que la que encontraría el satélite sin esa vela. Como consecuencia de esa resistencia, la velocidad del vehículo se frena paulatinamente, lo que acarrea una disminución de su altitud sobre la superficie terrestre y que descienda a cotas en las que el aire es cada vez más espeso, acelerándose el proceso de caída.
La aceleración del proceso que lleva a un objeto a reentrar en la atmósfera terrestre puede evitar que las naves espaciales, así como algunas partes de los vehículos de lanzamiento que también entran en órbita, sean durante mucho tiempo desechos espaciales peligrosos. El proceso natural de pérdida de velocidad y altitud que las llevará a reentrar a la atmósfera terrestre puede llegar a durar años.
Estos vehículos espaciales forman parte de las más de nueve mil toneladas de desechos espaciales que actualmente recorren a modo de metralla la franja orbital inferior de la Tierra.

Las tecnologías para acelerar el proceso que lleva a un objeto a reentrar a la atmósfera terrestre constituyen una estrategia preventiva para combatir la proliferación de la basura espacial, una cuestión que la NASA ha reconocido como esencial para lograr que las actividades en el espacio no resulten innecesariamente peligrosas. (Fuente: NCYT de Amazings)