HARTFORD.- Una gran cantidad de hogares del estado de Connecticut se encuentran al borde de perder sus beneficios alimentarios, en medio de un panorama en el que los recortes federales y nuevas exigencias están golpeando programas clave de asistencia social.
En concreto, el Departamento de Servicios Sociales (DSS) indicó que alrededor de 36,000 personas podrían perder pronto sus beneficios del Supplemental Nutrition Assistance Program (SNAP) debido a nuevas reglas que entran en vigor el 1º de diciembre de 2025.
Además, otros 50,000 hogares podrían ver sus beneficios reducidos como resultado de modificaciones en el programa denominado “Heat and Eat” que hasta ahora aumentaba los apoyos para hogares con calefacción incluida o con gastos de vivienda considerados.
Estas modificaciones vienen mientras un cierre parcial del gobierno federal amenaza los fondos para programas de asistencia social.
Expertos advierten que, de prolongarse, cientos de miles de personas en Connecticut podrían ver interrumpida la distribución del SNAP y de otros programas como Special Supplemental Nutrition Program for Women, Infants, and Children (WIC).
Entre los cambios más relevantes están nuevas exigencias de trabajo para beneficiarios del SNAP que no tienen dependientes, ampliación de edades de quienes deben cumplir requisitos de empleo o voluntariado, y recortes de elegibilidad para determinados inmigrantes no ciudadanos.
El impacto de estas medidas no es sólo individual sino también comunitario. Los hogares que ya están ajustados económicamente, podrían perder apoyo crucial para alimentos, lo cual tiene consecuencias más allá de la comida, incluyendo salud y estabilidad familiar.
Los responsables estatales están evaluando usar parte del superávit presupuestario del Estado para mitigar los efectos de los recortes federales, aunque advierten que la ventana de implementación es “casi inexistente” y los recursos podrían no ser suficientes para contrarrestar la magnitud del cambio.
En resumen, aunque los beneficios del SNAP continuarán al menos durante octubre, la combinación de recortes federales, nuevas exigencias de trabajo, reducción de exenciones y la posibilidad de que se corte la financiación por un cierre prolongado del gobierno plantea una amenaza real para decenas de miles de hogares en Connecticut que dependen de esos apoyos para alimentarse.
