MAMARONECK.- La familia de Molly Murphey Donovan y Michael “Mikey” Donovan Volpe, madre e hijo que murieron después de ser atropellados por un minibús mientras se dirigían a la escuela el 20 de junio pasado, dice que no se les ha informado sobre la investigación y exigen justicia.
En una carta enviada a USA Today Network New York el domingo pasado por la noche, Erin Donovan pidió que se tomen medidas en el caso de su hermana, Molly, y su sobrino, Mikey.
“Siento que esto se está barriendo debajo de la alfombra por conveniencia. Siento el hecho es que esto no está siendo considerado como un accidente trágico”, escribió Donovan.
Ella quiere ver al conductor del minibús, que no ha sido identificado por la policía, acusado de un delito.
Molly Donovan y su hijo de 6 años, Mikey, murieron cuando se dirigían a la Mamaroneck Avenue School el distrito escolar de Mamaroneck.
Estaban en el paso de peatones de New Street, cruzando la transitada avenida Mamaroneck de cuatro carriles, en una intersección que no tenía guardia de cruce.
La policía ha calificado lo ocurrido como “un accidente trágico” y no ha identificado al conductor de 68 años del minibús de Royal Coach Lines, que está cooperando con la investigación.
Erin Donovan lo ve de otra manera. Para ella, no es un accidente, sino un crimen.
Escribió que quiere “asegurarse de que la Ciudad y el Condado vean esto como un crimen de alto perfil que necesita su máxima integridad para resolverlo”.
Donovan escribió que su hermana y su sobrino “hicieron todo bien. Utilizaron el paso de peatones y esperaron a que apareciera la señal para cruzar. Cuando consideramos que los peatones tienen derecho de paso, me parece impensable que sus muertes se informaran como un ‘accidente trágico’, teniendo en cuenta que este no era el primer niño herido en esta intersección”.
Donovan, que vive en Colorado, escribió con emoción sobre lo que perdió cuando su hermana y su sobrino murieron.
Al recordar la pérdida de su hermana y su sobrino los consideró como “constructores de la comunidad” con “chispa”.
“Mikey era un niño increíble. Habría encontrado la cura para todas las enfermedades o habría sido el cerebro que estaba a punto de apoderarse de la humanidad. Tenía ese tipo de chispa”, declaró Erin.
Molly Murphey Donovan murió días antes de su 44 cumpleaños.
Mikey tenía 6 años.
“Molly era una constructora de comunidad. Dondequiera que iba, cada persona que tocaba se llevaba consigo. A través de su humor, amabilidad y simple lealtad, inspiraba a las personas a ser más de lo que creían que podían ser. Y los dos estaban destinados el uno para el otro. Tenían un vínculo más allá de madre e hijo, eran almas que se encontraron. Y ahora se han ido”, finalizó Erin.
