STAMFORD.- Si ha tenido un caso de COVID-19 recientemente, es muy probable que se deba a una nueva cepa del virus altamente contagiosa, que rápidamente se ha vuelto la más dominante en los Estados Unidos y en todo el mundo.
La variante JN. 1, una rama de la cepa ómicron, representa ahora el 93 por ciento de los casos de COVID-19 en los Estados Unidos después de representar menos del 5 por ciento de las infecciones a nivel nacional a principios de noviembre, informaron los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC).
Los casos de JN.1 en los Estados Unidos se han más que duplicado durante el último mes.
“Su rápida propagación sugiere que es más transmisible o mejor para evadir el sistema inmunológico que otras variantes circulantes”, según Yale Medicine.
A finales de diciembre, causó el 44 por ciento de los casos en los Estados Unidos, después de representar alrededor del 22 por ciento de las infecciones a mediados de diciembre.
Fue entonces cuando la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró que la JN.1 era “una variante de interés”.
Según Andrea García, vicepresidenta de ciencia, medicina y salud pública de la Asociación Médica Estadounidense, la “la variante JN.1 no parece estar causando una enfermedad más grave que las variantes anteriores. Los síntomas que verá si está infectado con JN.1 dependerá en parte de su salud subyacente y del nivel de inmunidad que tenga”.
Agregó que “pero en general, esos síntomas son similares a los virus causados por otras variantes, como dolor de garganta, congestión, secreción nasal, tos, fatiga, dolor de cabeza, entre otros”.
El último refuerzo de COVID-19 ha demostrado ser eficaz para reducir el riesgo de infección sintomática por JN.1, según un informe de CNN.
La variante JN.1 fue identificada por primera vez a finales de agosto.