NEW HAVEN.- La batalla para prohibir los cigarrillos electrónicos con sabor y otros productos de tabaco se topó con un obstáculo recientemente cuando el Comité de Finanzas, Ingresos y Fianzas de la legislatura aprobó una medida que no supone ningún cambio en la ley actual.
Pero los defensores de una prohibición de base amplia advirtieron, el martes pasado, que la lucha no ha terminado y mantienen la esperanza de que se puedan promulgar algunas restricciones antes de que la Asamblea General suspenda su período ordinario de sesiones el 9 de junio.
“Nos decepcionó mucho que el comité de finanzas decidiera colocar los miles de millones en ganancias de las grandes tabacaleras por encima de la salud y la seguridad de nuestros niños”, lamentó Bryte Johnson, director de relaciones gubernamentales de la American Cancer Society’s Cancer Action Network.
Johnson se refería a un paquete de cambios fiscales y otras modificaciones de ingresos para el próximo ciclo presupuestario estatal de dos años que el Comité de Finanzas aprobó la semana pasada.
Ausentes de ese paquete había dos propuestas que, si se promulgan, costarían dinero al Estado.
Una fue la prohibición de los cigarrillos electrónicos con sabor, que le costaría al estado alrededor de 2.5 millones de dólares por año.
La segunda fue la prohibición de los cigarrillos mentolados y todos los demás productos de tabaco aromatizados.
Junto con la propuesta del cigarrillo electrónico, el impacto potencial de esta opción alcanza los 108 millones de dólares por año, según la Oficina de Análisis Fiscal no partidista de la legislatura.
El senador John Fonfara, demócrata de Hartford, y el representante Sean Scanlon, demócrata de Guilford, copresidentes del Comité de Finanzas, no comentaron sobre la decisión de su panel.
Los analistas dicen que las finanzas estatales, a menos que se ajusten, tendrán un déficit de más de 2.5 mil millones de dólares durante los próximos dos años fiscales combinados.
Pero Connecticut recibió recientemente más de 2.6 mil millones de dólares en fondos federales de ayuda por el coronavirus que pueden usarse para cubrir ese déficit, tiene más de 3 mil millones de dólares en su reserva de emergencia y espera cerrar el año fiscal el 30 de junio con otros 800 millones restantes.
En comparación con esos recursos, según Johnson, un impacto en los ingresos que va desde 2.5 millones a 108 millones de dólares parece más que manejable.
El senador Saud Anwar, demócrata por South Windsor, que favorece la prohibición de los cigarrillos mentolados y todos los productos de tabaco aromatizados, dijo que sabía que la prohibición general sería muy desafiante, dada la pérdida de ingresos mucho mayor.
Pero Anwar, médico y vicepresidente del Comité de Salud Pública, dijo que la decisión del panel de finanzas de no respaldar ni siquiera la prohibición de los productos de vapeo con sabor fue particularmente inquietante, y agregó que el uso de vapeo se está acercando al “nivel epidémico” en las escuelas intermedias y secundarias del país.
Johnson señaló que hay aproximadamente 15 mil 500 sabores de productos de tabaco en el mercado, y aunque los cigarrillos electrónicos se presentan como una herramienta para ayudar a las personas a dejar de fumar, la gran cantidad de opciones de sabor se desarrolló con el objetivo de convertir a los consumidores jóvenes en adictos.
Los tres vecinos inmediatos de Connecticut, Massachusetts, Rhode Island y Nueva York, han prohibido los cigarrillos electrónicos con sabor, y Massachussets ha ido más allá, prohibiendo todos los productos de tabaco con sabor.
Juul Labs, que fabrica el cigarrillo electrónico más popular en los Estados Unidos, presentó un testimonio escrito a principios de este año argumentando que la U.S. Food and Drug Administration (FDA) “es el organismo mejor posicionado para desarrollar e implementar políticas relacionadas con los productos de tabaco, incluidos los sabores”.
Jonathan Shaer, director ejecutivo de la New England Convenience Store & Energy Marketers Association, apuntó que cualquier enfoque estado por estado para prohibir los productos de tabaco simplemente desencadenará “un enorme mercado negro” que no estará sujeto a las normas y escrutinio.
