Por: Elvis Herrada
Millones de espectadores en Estados Unidos vieron por primera vez a Kamala Harris y Donald Trump enfrentarse en un duelo, durante un debate de 90 minutos transmitido en directo por ABC News el martes por la noche. Allí las puyas no dejaron lugar al decoro evidenciando que las siguientes semanas, previo a las elecciones, serán de enfrentamientos en los medios masivos.Y sobretodo si Trump tiene como aliados a cadenas televisoras importantes que lo ayuden a desinformar a la población de manera descarada, como la declaración que hizo sobre la supuesta muerte de mascotas en Ohio.
“Se están comiendo a los perros”, afirmó “Se están comiendo a los perros, se están comiendo a los gatos, se están comiendo a las mascotas de la gente que vive allí. Esto es una vergüenza”, dijo refiriéndose a los inmigrantes que viven en esa zona.
Horas previas al debate, las redes sociales se llenaron de informes con afirmaciones sin fundamento, las que fueron repetidas por JD Vance (el compañero de fórmula de Trump) en las que se señalaba que migrantes haitianos en Springfield, habían estado robando mascotas y comiéndoselas.
A pesar de que los funcionarios de esa ciudad le dijeron a la BBC que no hay informes creíbles que respalden estas afirmaciones, Trump dejó espacio a la especulación y provocando en Harris una respuesta sarcástica: “hablando de extremos”.
El tono fue recrudeciéndose por momentos, con una Kamala asestando golpes certeros y un Donald, cada vez más agresivo, tratando de esquivarlos.
La vicepresidenta demócrata Harris tomó la ofensiva desde el principio, provocando a su rival republicano y atacándolo en relación a sus juicios penales y su manejo de la pandemia de covid-19.
Él cambiaba el tema repetidamente para hablar de la inflación y la inmigración, las vulnerabilidades políticas de Harris, argumentando que la administración actual había “destruido” el país. En uno de esos intercambios, Trump calificó a Harris como “marxista”. Harris, por su parte, se burló de la cantidad de gente que llega a sus mítines. “La gente empieza a marcharse temprano de sus mítines por cansancio y aburrimiento”, dijo ella. Trump contraatacó: “La gente no va a sus actos. No hay motivo para ir”. En un momento, cuando Harris interrumpió a Trump, él le dijo: “Yo estoy hablando ahora. ¿Te suena familiar?”. Se refería a una respuesta similar que ella dio en un debate vicepresidencial de 2020 contra Mike Pence. Más tarde, cuando Harris empezó a hablar mientras él estaba hablando, Trump dijo: “Silencio, por favor”.
En los debates presidenciales de Estados Unidos suele importar tanto el fondo como la forma. Un sutil gesto o un ataque contundente, una palabra bien elegida o un desliz en una frase pueden determinar quién resulta ganador.
Uno de los ataques más agresivos de Harris hacia Trump se dio cuando ambos se enfrentaron sobre el aborto, uno de los temas clave para los demócratas desde que la Corte Suprema de Estados Unidos anuló el derecho constitucional a la interrupción del embarazo en 2022.
“No es necesario abandonar la propia fe o creencias profundamente arraigadas para aceptar que el gobierno –y Donald Trump, sin duda– no deberían decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo”, afirmó Harris.
Ella agregó que Trump “firmaría una prohibición del aborto” si fuese reelegido y citó a estados conservadores que han prohibido el procedimiento médico, practicándolo solo en limitadas excepciones.
Trump reiteró que apoya excepciones para casos de violación, incesto o cuando la vida de la madre está en riesgo.
En un momento, Trump afirmó que algunos bebés estaban siendo sometidos a “ejecuciones” después del nacimiento.
La conductora Linsey Davis, una de los dos moderadores de ABC, intercedió para verificar los hechos diciendo: “No hay ningún estado en este país donde sea legal matar a un bebé después de su nacimiento”.
En el intercambio que siguió, Harris insistió en que ella tiene un plan para la economía, mientras que Trump la calificó como una liberal radical que se opone a la posesión de armas.
Trump añadió: “Tiene un plan para desfinanciar a la policía. Tiene un plan para confiscar las armas de todos. Tiene un plan para prohibir el fracking (un controvertido método de extracción de gas y petróleo) en Pensilvania y en todas partes”. Harris negó las acusaciones. “Tim Walz (su compañero de fórmula) y yo somos propietarios de armas”, dijo. “No vamos a quitarle las armas a nadie”.
El debate de este martes, el primero —y tal vez único— entre la candidata demócrata Harris y el republicano Trump en la ruta hacia las elecciones del 5 de noviembre, no quedó mucho lugar a la duda.
A menos de dos meses de los comicios, en vísperas de que se inicie el voto anticipado en muchos estados y empatados como los muestran las encuestas de intención de voto, quedaba poco margen para el error.
Y con su afilada intervención, Harris logró disipar las preocupaciones de larga data sobre sus habilidades para hablarle al público que comenzaron con su fallida candidatura a la Casa Blanca de 2020, y sólo se agudizaron por su torpeza en algunas entrevistas en los últimos años.