HARTFORD.- Una política del Departamento Correccional destinada a reducir los costos de las horas extras ha provocado docenas de quejas laborales de un sindicato que representa a los supervisores de la agencia, quienes argumentan que el cambio prioriza el dinero sobre la seguridad en medio de un año turbulento en las prisiones de Connecticut.
La política, que entró en vigor el 1º de diciembre, entra en juego cuando a una prisión le falta el número mínimo requerido de tenientes para un turno. En lugar de pagar horas extras no programadas a un teniente para ocupar un puesto vacío, la agencia ha ordenado a los administradores que favorezcan cubrir el puesto con un capitán ya programado, reduciendo efectivamente la cantidad de supervisores que trabajan en el turno.
Brandon McCloud, delegado jefe del sindicato CSEA SEIU Local 2001, dijo que su sindicato había presentado 33 quejas, así como una carta de cese y desistimiento, relacionadas con la práctica en la semana desde que entró en vigor.
McCloud, un teniente adscrito a la Cybulski Correctional Institution en Somers, acusó al Departamento de poner un “signo de dólar a la seguridad de nuestros miembros”.
“Con la afluencia de agresiones en el Departamento, la preocupación del sindicato es que se está asumiendo un puesto vital, a veces un comandante de turno, y se los está utilizando para ocupar el puesto de teniente, que es un respondedor directo, por lo que ahora no tenemos un socorrista secundario”, señaló McCloud.
Ashley McCarthy, directora de la división de asuntos externos del Departamento, dijo que la agencia mantenía niveles mínimos de personal para garantizar el funcionamiento seguro de las prisiones estatales.
La práctica de sustituir a los capitanes por tenientes no era nueva, dijo.
La agencia empleó la política al menos ya en 2010, pero la suspendió en marzo de 2020, al comienzo de la pandemia de COVID-19, explicó McCarthy.
“Es una práctica establecida desde hace mucho tiempo por la agencia de rotar a los supervisores de unidad y a los supervisores de turno para satisfacer las necesidades de la instalación y mitigar el uso de horas extra cuando sea apropiado”, dijo.
Agregó que “en ocasiones, esta práctica se suspendió para compensar otros desafíos de la agencia. El administrador de la unidad puede hacer ajustes a este procedimiento según las necesidades únicas de la instalación”.
La reanudación de la práctica se produce cuando el Departamento Correccional, la agencia estatal más grande de Connecticut, informó haber gastado más de 106 millones de dólares en horas extras durante el año fiscal 2023, un aumento de casi el 13% con respecto al año anterior, según la Oficina de Análisis Fiscal.
También sigue a tres años consecutivos de casos crecientes de ataques contra miembros del personal del Departamento Correccional.
La agencia informó 196 agresiones al personal durante el año fiscal 23, más del doble de la cantidad de incidentes similares en el año fiscal 2019. Esos incidentes estuvieron acompañados por aumentos en la cantidad de peleas entre personas encarceladas, que aumentaron en todos los últimos tres años, excepto uno.
“Es una técnica de ahorro de costos eliminar estos puestos, pero me sorprende que estén eliminando puestos tan importantes como un comandante de turno y puestos como ese porque el capitán está a cargo del turno. Retirarlo sólo para ahorrar dinero, en este momento, es una locura”, finalizó McCloud.
