NORWALK.- Una variante de COVID-19 recientemente identificada tiene más de 30 mutaciones, lo que requiere atención inmediata por parte de las agencias de salud.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) actualizó la BA.2.86 como una “variante bajo seguimiento”, citando la “gran cantidad de mutaciones que porta”.
Hasta ahora, sólo se han informado unas pocas secuencias de la variante en un puñado de países, de acuerdo con la OMS.
Por su parte, los Centros para el Control y la Prevención de las Enfermedades (CDC) dijeron que también están rastreando la nueva cepa.
La OMS dijo que una “variante bajo control” tiene cambios genéticos que podrían afectar características como la transmisibilidad, pero que “la evidencia limitada hace que su impacto no esté claro”.
Actualmente, una nueva subvariante de ómicron conocida como Eris, cuyo nombre oficial es EG.5, representa la mayoría de los casos de COVID-19 en todo el país, justo por delante de la cepa XBB.1.16 conocida como Arcturus, según estimaciones de los CDC.
¿Qué se sabe sobre la BA.2.86?
Hasta el 21 de agosto, la variante se había relacionado con seis casos en cuatro países: Israel, Dinamarca, Reino Unido y los Estados Unidos. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la ha clasificado como variante en seguimiento y pronto comenzarán a notificarse otros casos hasta generalizarse.
El linaje parece descender de una subvariante de ómicron llamada BA.2, que provocó picos de contagios a principios de 2022.
Sin embargo, la proteína de pico BA.2.86, la molécula que usa el SARS-CoV-2 para “meterse” en las células, contiene 34 cambios relativos a BA.2”, explicó Jesse Bloom, biólogo evolutivo viral del Fred Hutchinson Cancer en Seattle, Washington.
Igualmente, según Bloom, se han observado una gran cantidad de mutaciones de la proteína ´S´ en personas con infecciones prolongadas por SARS-CoV-2, y es probable que BA.2.86 también haya surgido de una de esas infecciones crónicas, que facilitan la aparición de nuevas variantes del virus.
