STAMFORD.- Pese a que el descenso en los menores interceptados ofrece un respiro al Gobierno del presidente Joe Biden, ha crecido un 3% el número total de cruces en la frontera, la mayoría son adultos que las autoridades expulsan sin derecho a asilo.
Las detenciones de los inmigrantes en la frontera suroeste continuaron aumentando en el mes de abril, cuando se registraron más de 178 mil aprehensiones, un 3% más respecto a marzo y un número que vuelve a superar los registros de los últimos 20 años, según datos presentados por Protección Fronteriza y Aduanas (CBP) esta semana.
Al mismo tiempo, la llegada de menores no acompañados de Guatemala, Honduras y El Salvador que cruzan hacia los Estados Unidos de manera irregular disminuyó. Tras hallarse casi 19 mil niños en la frontera sin sus padres en marzo, en abril se registraron 13 mil 962 detenciones.
“La CBP continúa viendo una gran afluencia de inmigración ilegal a lo largo de la frontera suroeste”, declaró Troy Miller, funcionario de la CBP que desempeña las funciones del comisionado.
Sin embargo, el 63% de todos los migrantes interceptados en la frontera fue expulsado de manera expedita y sin derecho a solicitar asilo bajo el título 42, una regla revivida por la Administración Trump durante la pandemia de coronavirus.
En total, más de 111 mil migrantes fueron removidos del país bajo el título 42, la mayoría de ellos adultos que viajaban solos, aunque también se incluyó a familias.
“Día tras día, la CBP rescata a inmigrantes abandonados en terrenos difíciles, dados por muertos sin comida ni agua”, agregó Miller.
El domingo pasado, cinco niñas hondureñas y guatemaltecas de entre 7 años y 11 meses fueron halladas solas en la frontera. Ninguna requirió asistencia médica y todas fueron trasladadas a una estación de la Patrulla Fronteriza para su procesamiento y posterior traslado al Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS).
La Administración Biden ha logrado disminuir el número de menores que permanecen en las estaciones de la Patrulla Fronteriza así como el tiempo promedio que pasan en estos lugares, que no están acondicionados para albergar niños por periodos prolongados.
Desciende el número de niños migrantes solos en frontera de EEUU
El número de niños inmigrantes sin compañía de un adulto en la frontera entre Estados Unidos y México cayó en abril luego de alcanzar un máximo histórico el mes previo, aunque aumentó la cifra de adultos que cruzaron solos, informaron las autoridades el martes.
Las autoridades encontraron a 17 mil 171 menores que cruzaron sin compañía de un adulto, una baja del 9% en comparación con los 18 mil 960 de marzo, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), pero todavía muy por arriba de los 11 mil 475 que la Patrulla Fronteriza reportó en mayo de 2019, cuando comenzó a difundir las cifras
De acuerdo con el informe, los encuentros de la Patrulla Fronteriza con personas que llegan en familias disminuyeron en una proporción similar a la de niños que cruzaron solos: una baja de 10% a 48 mil 226 respecto a los 5 mil.406 en marzo pasado.
Poco más de uno de cada tres encuentros con familias resultó en expulsiones por la pandemia.
Las cifras constituyen la más reciente lectura de uno de los desafíos más serios para la incipiente presidencia de Joe Biden.
De más de 5 mil 700 menores esperando a ser procesados en centros fronterizos, el martes pasado se registraron menos de 500.
La mayoría han sido transferidos a nuevos albergues que la Administración abrió para lidiar con el aumento en el flujo de niños inmigrantes, muchos de ellos abiertos en centros de convenciones y bases militares habilitadas temporalmente por HHS.
Sin embargo, reportes periodísticos recientes apuntan a que las condiciones en estos albergues tampoco son las óptimas y los niños tienen poca supervisión y más de mil permanecen en condiciones de hacinamiento.
A pesar de algunas noticias alentadoras en abril sobre los menores no acompañados y las familias de inmigrantes, Biden tiene mucho en juego en un nuevo sistema de asilo “humano” el cual aún no ha sido develado. Al parecer no hay soluciones rápidas y sencillas.
Los adultos solos provenientes de México y América Central impulsaron el incremento general de abril.
La Patrulla Fronteriza tuvo 108 mil 301 encuentros con adultos que viajaban sin niños, 12% más sobre los 97 mil 74 en marzo.
Casi nueve encuentros de cada 10 terminaron en expulsiones de acuerdo con la autoridad relacionada con la pandemia otorgada por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por sus iniciales en inglés).
Biden exentó a los niños no acompañados de la expulsión y les permitió permanecer en Estados Unidos mientras hacen efectivas sus solicitudes de asilo. Las familias con niños a menudo también son dejadas en libertad en el país mientras sus casos siguen su marcha en las saturadas cortes de inmigración.
El gobierno ha hecho grandes avances al retirar a los menores de instalaciones saturadas de la Patrulla Fronteriza y trasladarlos a albergues del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS por sus iniciales en inglés), los cuales son más aptos para permanencias de largo plazo hasta que los niños sean colocados con patrocinadores en Estados Unidos, por lo general sus padres o familiares cercanos.
La permanencia promedio de un niño no acompañado en custodia de la Patrulla Fronteriza se redujo a unas 20 horas, menos del límite legal de 72 horas y por abajo de las 133 de finales de marzo, señaló la semana pasada el secretario de Seguridad Nacional, Alejandro Mayorkas.
El HHS ha abierto 14 centros de recepción de emergencia que aumentaron la capacidad a casi 20 mil camas respecto a las 952 disponibles antes de la intervención de la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) el 13 de marzo pasado.
Hasta el lunes pasado, Salud y Servicios Humanos tenía a 20 mil 669 niños a su cuidado.
México ha sido renuente a aceptar a familias centroamericanas con niños pequeños, en especial en el estado de Tamaulipas, fronterizo con Rio Grande Valley, Texas, el corredor más transitado de cruces ilegales.
Muchas de ellas son puestas en libertad en Estados Unidos mientras sus casos son considerados por las autoridades de inmigración.
Algunas familias son trasladadas por aire a El Paso, Texas, o a San Diego, para expulsarlas desde esos lugares, donde las autoridades mexicanas están más dispuestas a recibirlas.