TEGUCIGALPA (EFE).- Los mandatarios presentes en la IX Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) rechazaron este miércoles las medidas de Estados Unidos en materia comercial con la aplicación de aranceles y las deportaciones de migrantes desde el país norteamericano.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aprovechó la cita para convocar a una Cumbre por el Bienestar Económico de América Latina y argumentó que la reunión buscaría «hacer realidad una mayor integración económica regional sobre la base de la prosperidad compartida y el respeto a las soberanías» de cada país y de los acuerdos comerciales de cada uno.
«Considero que, hoy más que nunca, es un buen momento para reconocer que América Latina y el Caribe requieren de unidad y solidaridad de sus gobiernos y de sus pueblos, a fin de fortalecer una mayor integración regional», dijo.


En la misma línea, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, alertó que «la historia enseña que las guerras comerciales no tienen vencedores».
Lula aludió a las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y aseguró que «América Latina y el Caribe enfrentan hoy uno de los momentos más críticos de su historia», en el que su «autonomía está en jaque» frente a «intentos de restaurar antiguas hegemonías».
Según el mandatario, «la libertad de autodeterminación» es una de las «primeras víctimas de un mundo sin reglas acordadas multilateralmente», en el que «los migrantes son criminalizados» y se imponen «aranceles arbitrarios que desestabilizan a la economía internacional y elevan los precios» en todo el planeta.
Rechazo a los encarcelamientos de migrantes
Prácticamente los diez mandatarios latinoamericanos aprovecharon su intervención en esa cumbre, celebrada en Honduras, para criticar o mostrar su rechazo hacia la nueva política migratoria de Donald Trump con envíos masivos de indocumentados en Estados Unidos hacia sus países de origen, a terceros o a una megacárcel en El Salvador.
Uno de los líderes de izquierda más duros fue el colombiano Gustavo Petro al comparar a los migrantes esposados desde Estados Unidos con los esclavos africanos que llegaron encadenados al continente en la época de la colonización.


«La migración es apenas la consecuencia de esa desigualdad geográfica del efecto de la crisis climática» en los países pobres, dijo Petro y preguntó si eso «lo solucionamos poniendo cadenas, llevando la población migrante a El Salvador a unas cárceles para criminales».
En el caso del mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, no solo criticó las deportaciones emprendidas por la administración de Trump y el encarcelamiento de migrantes en El Salvador, sino también recordó que los mismos son enviados a la base naval de Guantánamo.
Un llamado por la integración y la colaboración
La presidenta de Honduras, Xiomara Castro, quien ejerce como anfitriona y traspasará a su homólogo de Colombia, Gustavo Petro, la presidencia pro tempore del foro regional, abrió la cumbre con un mensaje en el que hizo un llamado a la unión.
«La Celac no es una organización perfecta, pero es nuestra, nace de un sueño, en un ideal, una utopía de nuestros libertadores y de nuestros próceres, la integración de América Latina y el Caribe frente al colonialismo de las grandes potencias como sujeto histórico soberano y solidario, no como zona de sacrificio que nos impone el capital global», dijo Castro en su mensaje de instalación del evento.
«Señores presidentes y presidenta, no podemos seguir caminando separados cuando el mundo se reorganiza sin nosotros, pero tampoco podemos unirnos repitiendo las recetas del fracaso», enfatizó Castro.
En ello coincidió Petro, quien firmó que el mundo vive «una tensión entre multilateralismo y soledad» por lo que abogó por una agenda de colaboración entre países.
Petro recomendó: «O nos vamos solos o nos ayudamos y yo creo que debemos ayudarnos, es mi propuesta, que busquemos la ayuda y la colaboración mutua y no caigamos en la trampa de resolver los problemas solos porque nos van a destruir o nos vamos a autodestruir».
Las palabras del presidente de Colombia concuerdan con lo expresado por los mandatarios de Uruguay, Yamandú Orsi, y de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, quienes apelaron también a la integración regional para responder de mejor manera a las crisis.
Los aranceles de Trump se debaten en la cumbre de la Celac
La cita regional en Tegucigalpa ocurre en medio de una complicada coyuntura política, social y económica para Latinoamérica, que llega fragmentada a esta cita y sin una estrategia común frente a las nuevas presiones de Washington con aranceles del 10% para la mayoría y deportaciones masivas de migrantes.
Precisamente, el presidente de Bolivia, Luis Arce, rechazó la «criminalización» de la migración, los tratos inhumanos a los migrantes y el «neoproteccionismo» aplicados por Estados Unidos, durante su intervención.


Arce ratificó, según dijo, su «más profundo desacuerdo con que una superpotencia pretenda estimular un proceso de reindustrialización y neoproteccionismo de su país» a través de medidas arancelarias, «que afectan a las industrias de otros países y el mundo del trabajo».
Por su parte, los representantes de Nicaragua y Venezuela calificaron de «imposición» de Estados Unidos los aranceles anunciados por el Gobierno que preside Donald Trump y solicitaron una respuesta «unificada» a las medidas.
La cumbre contó con la asistencia de una decena de presidentes, incluida la anfitriona hondureña, de los 33 países que integran la Celac.
La declaración de Tegucigalpa
La Celac, en la ‘Declaración de Tegucigalpa’, rechazó «la imposición de medidas coercitivas unilaterales, contrarias al Derecho Internacional, incluidas las restrictivas al comercio internacional».
La declaración fue «adoptada por consenso suficiente por 30 Estados miembros», de los 33 que integran el organismo.
Los tres que se distanciaron, de un total de 33, «son países que por sus propias razones deciden no adoptar la resolución, son Argentina, Paraguay y Nicaragua», detalló el canciller hondureño.
Agregó que «ellos expondrán posteriormente (las razones), pero la declaración es genérica, 30 países no pueden esperar a que por tres países, se decidan adoptarla».