
NEW HAVEN.- Más de tres años después de que una ex empleado de East Haven entabló una demanda por acoso sexual contra el alcalde Joseph Maturo, el juicio civil comenzó esta semana.
Francine Carbone, que había sido empleada de la ciudad desde 1997, alegó en la demanda civil que Maturo la sometió a un patrón de acoso sexual continuo durante su tiempo como Alcalde.
Como resultado, ha sufrido pérdidas económicas y angustia emocional y busca tanto daños compensatorios como punitivos, además de ser reincorporada a su trabajo anterior con pagos atrasados y beneficios, según la demanda.
En respuesta a las acusaciones de acoso sexual, los registros judiciales muestran que Maturo los ha negado consistentemente.
La demanda alega que Maturo continuamente hizo comentarios sobre los senos de Carbone, incluso supuestamente hizo tal comentario pocos días antes de que se fuera con la licencia Family and Medical Leave (FMLA) en mayo de 2014, y típicamente preguntó cuánto pesaban.
Además, se le acusa de agarrar con frecuencia su entrepierna delante del Carbone, diciendo: “Esto es para ti”, según la demanda.
La demanda alega que Maturo hizo tales cosas frente a testigos, incluido el abogado del pueblo.
En un momento dado, la demanda afirma que el jefe de policía le advirtió a Maturo que estaba acosando sexualmente a Carbone, pero que el comportamiento del Alcalde supuestamente no cambió.
En octubre de 2013, supuestamente Maturo ingresó a la oficina de Carbone, directamente frente a la suya, mientras ella estaba archivando documentos. Luego, supuestamente, se acercó por detrás de ella e hizo una sugerencia vulgar, afirma la demanda.
La demanda señala que cuando Carbone se giró, Maturo estaba expuesto a ella y la empleada entonces gritó.
La demanda establece que Carbone presentó una queja ante la Commission on Human Rights and Opportunities y que supuestamente la Ciudad la despidió pocos meses después, en octubre de 2014, porque se oponía a sus prácticas laborales ilegales y presentó una queja, finalizaron las autoridades.
La demanda afirma que empleados de otras ciudades, sufrieron la misma situación igual a Carbone pero que no presentaron denuncias contra la Ciudad o el Alcalde, y se les permitió permanecer en la nómina municipal a pesar de largas licencias médicas, a veces sin informar al trabajo, manteniendo horarios irregulares y reportándose al trabajo solo cuando se sintieron lo suficientemente bien como para hacerlo.