Pocas actividades de la vida moderna son más estresantes que intentar “dejar de estresarse”. Usted sabe que en algún punto su reacción es controlable, que el estrés crónico no es saludable, que una pelea insignificante o un embotellamiento no deberían arruinarle el día.
Sin embargo, a casi todos nos resulta difícil quitarnos el mal humor.
Hay cinco métodos de eficacia comprobada para ayudarlo a controlar sus emociones y sentirse como nuevo otra vez. Cuanto más los implemente, mejor funcionarán cada vez.
En su mayoría, son rápidos, sencillos y están disponibles en cualquier momento y lugar.
Goma de mascar
Se ha demostrado que cuando una persona masca chicle, se reduce el estrés y se mejora la concentración al aumentar el flujo sanguíneo al cerebro.
Además, el chicle sin azúcar es un sustituto más saludable para los malos hábitos producto de la ansiedad, como morderse las uñas, fumar y comer de forma desordenada.
“Casi sin efectos secundarios, lo recomiendo ampliamente; téngalo en su caja de recursos para calmar el estrés”, declaró Heidi Hanna, directora ejecutiva del American Institute of Stress y autora de Stressaholic.
Té
El té negro, blanco, verde o rojo sudafricano, hay muchas variedades beneficiosas para el estrés y la salud. Los antioxidantes son útiles para combatir la inflamación, mientras que los taninos son buenos para la digestión.
Sin embargo, lo que hace al té sin endulzantes un relajante de primera categoría es la acción dual de la cafeína y un aminoácido llamado “teanina”.
El bajo contenido de cafeína ayuda a la concentración, mientras que la teanina actúa como un sedante. El resultado es un estado de alerta relajado mediante el cual puede sobrevivir a ese bajón de media tarde, también conocido como “la hora del té”.
Aire libre
En un reciente libro, The Nature Fix, se habla de las últimas investigaciones sobre la necesidad humana del contacto con la naturaleza. Está comprobado que, con una caminata en un entorno natural, se disminuyen los niveles de estrés y se aclara la mente, y que no está relacionado con los beneficios aeróbicos. Incluso, con la simple sugestión de un entorno natural, se puede desencadenar una respuesta similar (aunque no tan intensa).
Después de una mañana complicada en el trabajo, una caminata de diez minutos por el parque al mediodía puede cambiar la perspectiva para el resto del día.
Si no es posible salir, siéntese al lado de una ventana por donde entre el sol e intente, por ejemplo, planear sus próximas vacaciones en un parque nacional.
Aromas saludables
Los aromas pueden tener un efecto muy poderoso en el estado de ánimo. La lavanda es muy conocida por sus poderes sedativos y se ha utilizado como remedio para el insomnio, la ansiedad y el dolor por cientos de años.
Si tiene lavanda fresca a mano, envuélvala dentro de un retazo de tela, como si fuera un sobre. Póngalo dentro de un bolsillo o una cartera, e inhale el aroma cuando se sienta agobiado. También puede inhalar el aroma de un aceite esencial de lavanda, que a menudo se vende en pequeñas botellas.
¿No le gusta la lavanda? Otros perfumes con propiedades reconocidas para combatir el estrés pueden ser la menta, el jazmín, la manzanilla y los cítricos. Nuestro sentido del olfato está estrechamente relacionado con la memoria; por eso, un aroma que nos remita a la infancia (el perfume que usaba su madre, el champú que usted usaba de bebé) también puede aliviarnos.
Descubra cómo una fragancia u otros estimulantes del estado de ánimo pueden ser una ayuda para que se cure más rápido.
Respiración consciente
“Sin darse cuenta, la mayoría de las personas adopta una frecuencia respiratoria rápida durante la actividad del día, que imita a la respiración en respuesta al estrés”, explicó Hanna.
Si pasamos de respirar inconscientemente a una respiración consciente, podemos tener el control de la respuesta al estrés.
“Estar conscientes de nuestra respiración nos ayuda a reequilibrar el cuerpo y la mente”, comentó Cheryl Jones, directora de conciencia plena de Aetna e instructora de bienestar hace muchos años.
“En la práctica de conciencia plena, no hay una forma correcta de respirar, no existe una técnica”, agregó.
Simplemente, preste atención a la sensación que le genera inhalar y exhalar. Fíjese dónde siente la respiración: en los labios, las fosas nasales, el pecho o el abdomen. La respiración puede ser superficial o profunda, suave o entrecortada.
Está comprobado que prestar atención a nuestra respiración desacelera nuestros latidos y baja la presión sanguínea, de modo que nos sentimos menos estresados.